Estas barquitas fueron un gran éxito incluso con personas a las que no suelen gustar las endivias. Debo agradecerle la idea a mi querida Lucía (¿por qué no tienes la receta en tu blog? ¡es fantástica!) y parte del éxito a Arguiñano, ya que sigo fielmente su truco de repasar cada hoja de endivia con un trapo de cocina limpio y seco, desde la base hasta la punta, para que pierdan el amargor. Si a eso le unimos que el paté de aguacate le aporta un toque suave y cremoso y la espelta hinchada le da un punto crujiente, no es de extrañar que este sea un plato muy agradecido.
Ingredientes:
- Una bandeja de endivias
- 6 aguacates maduros
- 3 tomates de pera
- media cebolleta
- el zumo de un limón
- un chorrito de aceite de oliva virgen extra
- sal
- un puñado de espelta inflada (o cualquier otro cereal inflado). La mía, de El Granero integral.
Preparación:
Primero preparamos el paté, triturando los aguacates, los tomates y la cebolleta, agregando el zumo de limón, la sal y un chorrito pequeño de aceite de oliva.
Luego preparamos las endivias como he explicado más arriba, es decir, repasando cada hoja de endivia con un trapo de cocina limpio y seco, desde la base hasta la punta, para que pierdan el amargor. Las disponemos en una bandeja de servir, rellenamos con el paté y disponemos por encima unos cuantos granos del cereal inflado que hayamos escogido.